Rodolfo Hernández, un septuagenario ingeniero de origen humilde que acumuló una fortuna en la industria de la construcción y que ganó popularidad por sus apariciones en la red social Tik ToK, se convirtió en la sorpresa de las elecciones primarias al obtener el 28,15% de los votos, quedar segundo, y pelear mano a mano por la presidencia de Colombia con el líder de izquierda Gustavo Petro, en el balotaje del 19 de junio próximo
El político independiente de 77 años, ajeno al establecimiento y a los partidos tradicionales, llegó a la segunda vuelta con un discurso tan simple pero concreto: luchar contra la corrupción.
Los sondeos -para sorpresa de propios y ajenos- lo sitúan con posibilidades de derrotar al izquierdista Gustavo Petro, quien obtuvo el 40,32% de los votos, en el balotaje del 19 de junio.
«Les voy a dar la clave para salir de la pobreza: es sacar a patadas a estos políticos ladrones que son los que nos tienen sumidos en la pobreza», sostuvo en un reciente acto de campaña en el que propuso gobernar con austeridad acabando los lujos y las prebendas a ministros y congresistas.
A pesar de sus promesas de atacar la corrupción, Hernández, quien fue alcalde de Bucaramanga entre 2016 y 2019, enfrenta acusaciones y una investigación de la Fiscalía General por supuestamente intervenir desde su cargo en la adjudicación de un contrato para el tratamiento de tecnología alternativa en el manejo de basuras en la ciudad.
Aunque el acuerdo no se firmó, según testigos, buscaba beneficiar a una empresa y a Luis Carlos Hernández, uno de sus hijos, quien habría hecho lobby a favor de la compañía y recibiría una millonaria comisión.
Hernández, a quien algunos analistas califican como «populista», no solo negó las acusaciones sino que sostuvo que el poder solo busca enlodar su imagen e impedir su llegada a la presidencia.
«Colombia necesita un presidente que sea capaz de enfrentar esta mafia que nos está gobernando, que es una tanda, en su gran mayoría, de ladrones. El objeto mío ganando la presidencia, es hacer una limpieza general de estos que se están robando a Colombia», afirmó en otro acto de campaña.
Hernández renunció a la alcaldía de Bucaramanga, la capital del departamento de Santander, luego de que la Procuraduría General lo suspendiera por segunda vez acusándolo de participar en política, una actividad prohibida por las leyes en Colombia para quienes ejercen cargos públicos.
La primera se produjo a finales de 2018 cuando el entonces alcalde golpeó a un concejal, en un episodio que se hizo viral en las redes sociales.
Hernández, nacido el 26 de marzo de 1945 en Piedecuesta, por su perfil es comparado con el ex presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el actual mandatario de Brasil, Jair Bolsonaro.
Tik Tok, su arma letal
Su prestigio en redes sociales aumentó durante la actual campaña presidencial con excéntricos vídeos montando en patineta eléctrica, haciendo ejercicio y hablando en forma espontánea usando palabras como «vagabundos, zánganos, sinvergüenzas» para referirse a los políticos tradicionales.
El empresario, quien financia su campaña con recursos propios, conoce íntimamente los sufrimientos del conflicto armado interno de casi seis décadas que dejado más de 260.000 muertos.
Su padre, un agricultor, fue secuestrado durante más de cuatro meses por la antigua guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
El empresario, padre de cuatro hijos, perdió a Juliana, secuestrada en 2004 por guerrilleros del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Actualmente sigue desaparecida y el político, quien desde un principio anunció que no pagaría un rescate para evitar el secuestro de otros integrantes de la familia, cree que fue asesinada en cautiverio.
Su plan de gobierno incluye continuar la implementación del acuerdo de paz con la ex guerrilla de las FARC firmado en 2016, y explorar un diálogo con el ELN para que abandone la lucha armada.
Hernández, quien también prometió fortalecer la justicia, la seguridad urbana y generar empleo, fue blanco durante su alcaldía de críticas por declararse seguidor de Adolfo Hitler, a quien calificó como «un gran pensador alemán», aunque en la actual campaña aseguró que fue un «lapsus».
Como alcalde también se refirió a los bomberos de Bucaramanga como una tanda de «barrigones gordos».
Nació en el municipio de Piedecuesta, en el departamento de Santander, y fundó con varios socios una constructora después de graduarse de ingeniero civil de la Universidad Nacional.
Posteriormente compró con su familia la totalidad de la empresa y se especializó en la construcción de vivienda de interés social destinada a familias de bajos ingresos en Santander, negocio que luego expandió a Barranquilla y Bogotá.
El empresario señaló en varias oportunidades que acumuló una fortuna de US$100 millones sin contratos con el Estado y adelantó que donará su sueldo como presidente para financiar programas sociales.
Hernández, entre sus gustos, destaca a la milanesa napolitana como su comida favorita, suele escuchar a los italianos Andrea Bocelli y Luciano Pavarotti, ver películas de espías y leer de todo, según sus allegados, para quienes las principales cualidades del político son la puntualidad y la autenticidad.